«Escucha los impulsos del Espíritu Santo y avanza hacia lo que te espera». (GS 7/X/1878)
Es un gran placer para mí, en nombre del Equipo de Liderazgo del Instituto, Paré, Ana Luísa, Sipiwe, Monica, daros la bienvenida a esta reunión del CLIA 2022. Una muy cálida bienvenida a nuestros Líderes de Área: Coltrida, Cristina, Kate, Kathleen y Cathy, María Teresa, Rosamond y Valeria, y a nuestros invitados: Bernadette, en representación de la Unidad de Francia, los miembros del consejo de la Área Leste Americana, Catherine y Susan, Rosemary, nuestra Directora del Noviciado. Una bienvenida especial a nuestra facilitadora, la Hna. Brid Long, SSL, y a todos los que están aquí en calidad de ayudantes: Mary Genino (comunicación), Margaret Hoyne (secretariado), Maria do Rosario y Verónica (traducción), Joanne (tecnologia) y David Nicholls – hijo de Brett a quien la mayoría conocemos de Brett Nicholls Associates. Susan Kumnick coordinadora del Comité de la Red Global de Escuelas RSHM se unirá a nosotros el sábado. Como CLI queremos expresar nuestra gratitud y reconocimiento al Consejo de la Área Leste Americana, a Rosamond, Catherine y Susan, que han trabajado tan duro -han hecho todo lo posible- para acomodarnos y colaborar con nosotros en la planificación de esta reunión. Por último, estoy seguro de que hablo en nombre de todos, cuando expreso nuestra gratitud al equipo residente aquí en Cormaria: Anne, Martina y Scholastica, que tan amablemente nos han acogido a todos y cada uno de nosotros en este hermoso lugar, Cormaria.
Este es nuestro tercer CLIA desde el Capítulo General de 2019 y el primero en persona. Qué bueno es estar juntos, poder dar un paseo, tener conversaciones significativas, de corazón a corazón, compartir nuestras experiencias de estos dos últimos años, y nuestras esperanzas, sueños y deseos para el futuro. Nos reunimos a mitad de nuestro viaje entre Capítulos, a mitad de este «periodo de experimentación» para avanzar «hacia una unidad de gobierno….». Este es también un momento muy significativo en nuestra Iglesia, ya que avanza en el camino sinodal para convertirse en una Iglesia más colaborativa e inclusiva.
Nos reunimos en el contexto de un mundo que todavía está saliendo de una pandemia global, un mundo atrapado en la agitación de los disturbios políticos y civiles generalizados, la guerra y la violencia, un mundo cada vez más afectado por los desastres naturales, un mundo en el que el hambre está alcanzando niveles catastróficos y un mundo, también, que es cada vez más multicultural, interconectado e interdependiente.
El tema que hemos escogido – «Escucha los impulsos del Espíritu y avanza hacia lo que te espera». (GS 7/X/1878) nos invita a escuchar con el corazón y la mente, a estar atentos al Espíritu de Dios que nos habla en los acontecimientos de nuestro mundo, de la Iglesia y del Instituto, y en cada uno de los reunidos aquí. Que nuestra reunión sea verdaderamente sinodal, un tiempo de escucha activa, de encuentro y de discernimiento, mientras reflexionamos y tomamos decisiones importantes sobre nuestra vida y misión. Durante este tiempo juntos, queremos profundizar los lazos de unidad y apoyo entre nosotros, para fortalecer nuestro liderazgo compartido, y conocer más profundamente la realidad de cada Área, mientras continuamos caminando juntos para convertirnos en una unidad de gobierno.
La «escucha de los impulsos del Espíritu» requiere que nos tomemos el tiempo suficiente para la oración y la reflexión en silencio durante nuestra reunión. La rapidez con la que se suceden las cosas hoy en día nos lleva a devaluar el tiempo que necesitamos para profundizar en nuestras reflexiones y decisiones. Tomémonos tiempo. Nuestras dos últimas reuniones de CLIA, por el zoom, supusieron una limitación de tiempo. Aquí tomémonos tiempo. Tomarse tiempo no es perder el tiempo, sino permitir que las cosas empiecen, no de arriba a abajo, sino de abajo a arriba, (desde el corazón y las tripas, además de la cabeza). Significa entrar en contacto con lo que se mueve en cada uno de nosotros y en el grupo en su conjunto, mientras escuchamos, reflexionamos y compartimos juntos. ¿Qué nuevas invitaciones nos hace Dios en este momento? ¿A qué nuevos horizontes de misión estamos llamados?
Nuestro LOGO para esta reunión expresa el tema del viaje desde el pasado, representado por los brotes verdes que fueron sembrados en nuestro Capítulo General de 2019, cuando emprendimos el viaje de la reestructuración. El viaje que tenemos por delante parece empinado, pero no estamos solos. La nube de luz brillante representa al Espíritu Santo, que nos ilumina, nos impulsa a avanzar, nos empuja a elegir el camino de Dios. El Espíritu, el Consolador, fortalece y une nuestras mentes y corazones y los pone en armonía con la mente y el corazón de Cristo (el camino de Dios), los hace disponibles para lo que Dios quiere.
El camino de la reestructuración sigue implicándonos a todos, a todo el Instituto, a los jóvenes y a los mayores. No debemos olvidar que su propósito es la misión: que podamos llevar a cabo nuestra misión de manera efectiva hoy y en el futuro – que, a medida que los números disminuyan y las estructuras se vuelvan más simples y ligeras, podamos ser luz y sal, pequeños pero marcando la diferencia dondequiera que estemos. En esta etapa de nuestro viaje de reestructuración, confiamos en que el Espíritu de Dios está abriendo nuevos horizontes e invitándonos -a todos nosotros- a nuevas formas de vivir nuestra vida y misión en el siglo XXI.
Al discernir las invitaciones que Dios nos hace hoy y cómo podemos responder a ellas, podemos estar seguros de que se nos darán los recursos que necesitamos para la misión. Así lo creía el P. Gailhac cuando escribía: «Sólo rezaré para que tengáis lo necesario para realizar las obras a las que Dios os llame». Puede que ya no tengamos un gran número de Hermanas, pero tenemos la fuerza de nuestra unidad, la riqueza de nuestra diversidad de dones, lenguas y culturas, la riqueza y la inspiración de nuestro carisma, que queremos vivir hoy «con resiliencia» y de forma nueva. Seguimos acogiendo a nuevos miembros en algunas de nuestras Áreas y tenemos la suerte de contar con un creciente espíritu de colaboración dentro del Instituto y con los laicos, un don que nos permite y capacita para responder a las necesidades urgentes de hoy, tanto a nivel local como global. Y tenemos la ventaja de la tecnología de la comunicación actual para profundizar en la unidad y aligerar la carga de la administración. ¿Podemos reconocer que este tiempo de reestructuración, que nos exige reducir nuestras obras y nuestras propiedades ante la disminución de los números, nos ofrece también la gracia de optar por lo esencial en nuestras opciones para la misión? Podemos ver que somos realmente bendecidos.
Durante esta reunión de CLIA abriremos el Año de Jean Gailhac. Que sea un año de abundantes bendiciones para nosotros y para todos los que están asociados con nosotros en la misión. Así pues, al comenzar nuestra reunión, pidamos con gran confianza, por la intercesión del P. Gailhac, tener los corazones y las mentes atentos a «los impulsos del Espíritu Santo» y pidamos con la misma confianza que en el año -y los años- venideros «tengamos lo necesario para realizar las obras a las que Dios nos llame». Ahora «avancemos hacia lo que nos espera».
