Mujeres de esperanza profética, impulsadas a salir
Es un gran placer darles la bienvenida a esta reunión del Consejo de Liderazgo Ampliado. Les damos una calurosa y cordial bienvenida de parte de todo el equipo directivo del Instituto.
Esta es la cuarta reunión del ELC desde nuestro Capítulo General de 2019, aunque solo la segunda en persona. Nos reunimos en un momento de inmensos desafíos en nuestro mundo. Estamos preocupadas y desconcertadas por lo que está ocurriendo: catástrofes climáticas, guerra, violencia y destrucción, desigualdad y división, tanto sufrimiento en tantos lugares. La gente se pregunta: ¿Qué le está pasando a nuestra humanidad? ¿Dónde está Dios en todo esto? Nuestra Iglesia también ha atravesado tiempos oscuros y difíciles en los últimos años, pero la esperanza crece. En medio de un mundo que está en conflicto y agitado, en las últimas semanas la Iglesia se ha convertido en un signo de esperanza, la esperanza de que las personas puedan sentarse juntas, escucharse, compartir sus incertidumbres y alcanzar un grado de compromiso o consenso que permita el cambio. En Roma tuvimos la sensación de asistir al amanecer de una nueva Iglesia, una Iglesia más acorde con la mente y el corazón de Dios.
Estos años son muy significativos para nosotras como religiosas consagradas, parte de una Iglesia que está invitando a todo el pueblo de Dios a vivir plenamente su vocación bautismal, parte de una Iglesia cuyo rostro está cambiando lentamente, cuyos rasgos se están haciendo más abiertos, más humildes, más inclusivos, más femeninos, una Iglesia que escucha, más reflexiva y que discierne, una Iglesia que sale y se extiende. Como parte de esta Iglesia, estamos llamadas y desafiadas a dejarnos guiar por el Espíritu y a salir en misión junto con las laicas y otras religiosas, para responder a las grandes necesidades y desafíos de hoy.
¿Cómo interpretamos, como RSHM, los tiempos que vivimos a la luz del Evangelio? Nos encontramos ahora a más de medio camino entre Capítulos Generales. Durante estos años, la visión y los resultados de nuestro Capítulo General de 2019 nos han guiado e inspirado para ser «mujeres de pasión y compasión«, para «vivir nuestro carisma con resiliencia», para «discernir nuestro camino a seguir», para «arriesgar lo nuevo y lo desconocido», para «responder a los gritos de los que están en los márgenes y en la tierra«, para ser «mujeres de esperanza profética, impulsadas a salir a anunciar la Buena Noticia».
El año pasado recorrimos el camino del Año Jean Gailhac, con nuestros colaboradores laicos, bebiendo del pozo de nuestras fuentes, renovándonos en nuestro sentido de lo que somos, y en nuestro deseo de vivir con alegría y de todo corazón nuestro carisma y misión en este mundo de 2023. Durante el año pasado también celebramos importantes hitos: el centenario de nuestra Área de América Occidental y el centenario de dos de nuestros Colegios RSHM de la Red Global. Miramos atrás con gratitud por estas y todas las oportunidades ofrecidas que sostuvieron nuestra esperanza y ayudaron a «avivar la llama» de nuestra fe y celo en el cumplimiento de nuestra misión. Bajo vuestro liderazgo en todas las Áreas, junto con el liderazgo de nuestros Equipos de Instituto, y la colaboración de muchos laicos, estos cuatro años han sido un tiempo de vitalidad, vida y alegría, a pesar de que hayamos sido menos en numero. Agradecemos a Dios por todas la gracia recibida.
Mientras seguimos nuestro camino en este momento de cambio e incertidumbre en nuestra historia, un momento en el que avanzamos hacia convertirnos en una unidad de gobierno, este período de «gestación», como dijo el P. Timothy Radcliffe, refiriéndose al próximo año en la Iglesia, ¿Qué nos está diciendo el Espíritu Santo? ¿Escuchamos las invitaciones a nuevos horizontes y nuevas iniciativas en la misión? ¿Estamos dispuestas a acogerlas? ¿Cuáles son nuestras esperanzas y sueños para este tiempo juntas? «Dios es eterna novedad», escribe el Papa Francisco en Fratelli Tutti (78). «No tengáis miedo de la novedad que el Espíritu Santo obra en nosotros», exhorta. (Encuentro con la verdad 84)
El tema que hemos elegido para esta reunión del ELC: «Mujeres de esperanza profética, impulsadas a salir» retoma las esperanzas, los sueños y los compromisos que expresamos hace cuatro años en nuestro Capítulo, y que renovamos cada año desde entonces, en nuestras reuniones del ELC. Este tema nos invita a abrir de nuevo nuestros corazones al Espíritu, a escuchar, a revisar y hacer balance de dónde estamos y hacia dónde nos conducen, y a crear nuevos espacios y dar pasos audaces mientras avanzamos juntas.
El tema («Mujeres de esperanza profética, impulsadas a salir«) también nos llama hacia adelante, nos abre al futuro, a la «eterna novedad» de Dios. Nos invita a escuchar con mente y corazón contemplativos, y a discernir las invitaciones que el Espíritu nos hace ahora, ante los desafíos de hoy. Nos invita a ser mujeres que recorren el camino sinodal con todo el pueblo de Dios, tejiendo nuevas relaciones y redes entre generaciones y culturas, saliendo a las periferias existenciales y a las fronteras geográficas, tendiendo la mano en el servicio, aferrándonos siempre a la certeza de que, incluso en tiempos y situaciones aparentemente sin esperanza, Dios está con nosotros.
Acudimos a este encuentro con un corazón sinodal, orante y a la escucha, abierto a escucharnos verdaderamente en confianza -tomando prestada la carta del Sínodo al Pueblo de Dios-, una confianza que «nos da la audacia y la libertad interior… para expresar libre y humildemente nuestras convergencias, diferencias, deseos e interrogantes». (Carta del Sínodo 25/10/2023)
Margaret Fielding rscm
