La interacción entre generaciones del RSCM de Béziers

Posted marzo 2, 2023

Grupo Herancia y Espiritualidad

Hermanas Rosinha y Marie France rscm

Un mensaje fue enviado a las jóvenes profesas por un grupo de Colaboradoras Laicas RSCM del Área Brasil, abordando temas muy interesantes: la interacción entre las generaciones de las RSCM y la transmisión de una «herencia de experiencia y sabiduría», así como la importancia de la Casa Madre, nuestras Raíces y la Fuente que Béziers continúa simbolizando. Las citas de Gailhac y del Papa Francisco, allí mencionadas, son muy apropiadas, en el contexto de un proceso de formación.

Con esta breve presentación del texto, que hablará por sí mismo, queremos simplemente llamar la atención sobre la profunda dinámica que subyace al encuentro que nuestras jóvenes hermanas vivieron juntas en Béziers. 

¡Queridas religiosas de votos temporales del MEC!

Hemos seguido vuestras publicaciones, especialmente en Instagram. Hemos constatado, a través de las imágenes y los relatos, la emoción, la intensidad espiritual y la alegría que os invaden, dominan y alimentan a todas y cada una de vosotras. Por todo esto alabamos y agradecemos al Dios del amor infinito, que realiza grandes cosas a través de las pequeñas experiencias y relaciones de la vida cotidiana.

Viendo el cuidado que el Instituto está teniendo con vosotros en la movilización del Consejo General, Formadores, Religiosos de las Áreas Europea y Portuguesa, tiempo y recursos financieros, constatamos la respuesta a algunas orientaciones y deseos del Fundador:

«[…] es muy necesario que las casas filiales lleguen a beber el espíritu de su vocación de la fuente misma que Dios ha establecido. En efecto, así como la Casa Madre sólo puede vivir, afianzarse y progresar en los designios de Dios a través del espíritu primitivo, así también las casas filiales sólo pueden afianzarse bebiendo el espíritu que las hace vivir en el espíritu primitivo del que la Casa Madre es fuente y guardiana». (Gailhac, en: GS/25/IX/72/C. Cartas a las RSCM, Vol. I, p. 141-142).

«Sólo en la Casa Madre se puede comunicar el espíritu religioso y comunicarlo con fuerza para no olvidarlo jamás. Por muy buena que sea una aspirante, es casi imposible que comprenda el espíritu religioso, y especialmente el espíritu del Instituto, si no pasa un tiempo razonable en la Casa Madre» (Gailhac, en: GS/16/XI/77/A. Cartas a las RSCM, Vol. I, p. 358).

Percibimos también la correspondencia entre lo que el Instituto les hace posible y el pensamiento del Papa Francisco: «[…] En la vida consagrada vivimos el encuentro entre los jóvenes y los ancianos, entre la observancia y la profecía. No los veamos como si fueran dos realidades opuestas. Al contrario, dejemos que el Espíritu Santo anime ambas, y el signo de ello es la alegría: la alegría de observar, de caminar dentro de una regla de vida; y la alegría de ser guiados por el Espíritu Santo, nunca rígidos, nunca cerrados, sino siempre abiertos a la voz de Dios que habla, que abre, que conduce y que invita a caminar hacia el horizonte. Hace bien a los ancianos comunicar sabiduría a los jóvenes; y hace bien a los jóvenes acoger este patrimonio de experiencia y sabiduría, y luego llevarlo adelante, no para conservarlo en un museo, sino para desarrollarlo, afrontando los desafíos que la vida nos presenta; llevarlo adelante para el bien de sus respectivas familias religiosas y de toda la Iglesia». (Papa Francisco, en: Homilía en la XVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada – 2014).

Gailhac debe estar contento, viéndose corroborado por el Papa actual en lo que ya dijo en 1874:

«Ser todos para todos. Los ancianos no deben guardar para sí su experiencia; deben compartirla con todos los demás, especialmente con los más jóvenes. Deben edificarlos, darles ejemplo, tratar de ganarse su confianza. Así se podrá mantener y reforzar la unión de los corazones, aumentar el fervor y la entrega». (Gailhac, en: GS/11/X/74/A. Vol. I, p. 205).

Por todo ello, también nosotros, en el CAEP*, nos alegramos y bendecimos a Dios. Sabemos de la importancia de esta interacción e intercambio de conocimientos, experiencias, cosmovisiones y vivencias espirituales entre religiosas mayores y jóvenes, para que ustedes, las más jóvenes, crezcan en sabiduría y las más experimentadas fortalezcan su esperanza.

Deseando que esta experiencia fructifique para gloria de Dios y bien de la misión, concluimos con Gailhac:

«Queridas hijas, conservad, embelleced y perfeccionad el espíritu que he tratado de inspiraros. Guardad como un tesoro precioso todo lo que habéis aprendido en la Casa Madre (y en Portugal) y todas seréis bendecidas por Dios». (Gailhac, en: GS/25/IX/72/C. Cartas a las RSCM, Vol. I, p. 292).

Con afecto y unión de espíritus, mentes y corazones,

Beatriz, Daniela, Elaine, Sr. Cristina y Waldemar

*CAEP Centro Administrativo-Educativo de la Provincia

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