Soy Elizabeth M., pre-novicia de segundo año en Chivuna, Zambia. Quisiera compartir con ustedes algunas experiencias que tuve en 2018, año en el que he ido descubriendo muchas cosas nuevas. En primer lugar, tengo que decir que las pre-novicias empezamos a atender el programa del inter-noviciado en Kalemba Hall, que se encuentra en Lusaka. Tuve la oportunidad de encontrarme con personas muy diversas, interactuar con ellas y compartir experiencias del tiempo de la formación. Algunos temas me han gustado muy particularmente: Introducción a la Oración, los Votos en el contexto africano, Historia de la Vida Religiosa, y estos temas me han ayudado a comprender mejor en qué consiste la Vida Religiosa y a crecer en lo que quiero llegar a ser.
Otra gran experiencia de ese año fue la ida a Mozambique para la experiencia en este país, donde se habla portugués. No fue fácil para mí por la dificultad de la lengua, una barrera en realidad, y por el largo viaje en bus (casi catorce horas) de Beira a Quelimane, con un calor inaguantable. Pero a pesar de todas las dificultades, sentí una gran alegría en Quelimane: pude aprender el idioma, nuevo para mí, encontré a personas que no conocía, pude implicarme en diversas actividades comunitarias. Tuve la oportunidad de participar en la recogida de arroz, ver el Océano Índico y visitar la primera casa de formación en Quelimane. Me gustó mucho poder estar con las tres pre-novicias de primer año, mozambiqueñas. Mi portugués ha mejorado mucho gracias al intercambio con ellas y a lecciones formales. Me sentí muy a gusto, como en casa, y experimenté la alegría de estar en una congregación internacional.
Tuve también la alegría de estar dos semanas con mi familia. Fue muy lindo estar en casa, con la familia, todos contentos de verme. ¡Hablé mi propia lengua – el Nyanja – todo lo que pude y quise! Volví a Chivuna donde tuve la posibilidad de participar en varios eventos importantes. Hicimos una peregrinación a Sin-gonia, santuario mariano que se encuentra en la diócesis de Monze. Fue un día importante para mí porque fuimos invitadas a rezar por nuestras familias y marcó el comienzo del año dedicado a los laicos en la diócesis de Monze. Celebramos, además, el Jubileo de Oro del Centro Pastoral de san Kizito y, con el párroco, los domingos fuimos visitando diversas iglesias donde pude encontrar a muchas jóvenes e intercambiar con ellas. Recibimos la visita de la Hermana Margaret T. que nos habló de la oración. Me gustó profundamente lo que dijo, sobre todo, cuando habló del amor incondicional que Dios nos tiene.
Agradezco a Dios todas estas diversas experiencias porque me están ayudando a crecer. Ahora me estoy preparando para ir al Noviciado del Sagrado Corazón de María en Belo Horizonte, Brasil en febrero de 2019, para seguir caminando.
