Grupo de Herança y Espiritualidad
Ana Luisa Valente Pinto rscm
Hoy 25 de agosto celebramos el aniversario del nacimiento de Eulalia Vidal que como Religiosa del Sagrado Corazón de María recibió el nombre de Madre Santa Cruz. Al celebrar la vida de la madre Santa Cruz es un momento para recordar su memoria y dar gracias a Dios por la mujer que sembró semilla de celo y generosidad en nuestro Instituto y más allá de Él. Al mismo tiempo es una invitación para dejarnos tocar y desafiarnos por su ejemplo de Espíritu que la movió a través de sus percepciones, opción y de ahí descubrir la inspiración para el día de hoy.
Eulalia nació en Meyrueis (Lozère), en el sur de Francia en 1815, en una familia cristiana. Fue maestra a la edad de 18 años y a una edad temprana se convirtió en directora de un internado en Béziers. Cuenta la Hna. Rosa do Carmo RSCM1, que cuando el Padre Juan Gailhac la conoció, sintió que sus talentos se adaptaban a la Congregación que él quería fundar. Eulalia a su vez, coincidió todo lo que el padre le proponía sobre la nueva Congregación y se convirtió en uno de los cinco miembros de la Comunidad fundadora del Instituto.
Conduciendo al Instituto y hacer realidad su particular talento en la Educación, La madre Santa Cruz se encargó de la dirección del internado de la Casa Madre desde sus inicios en 1851. También fue nombrada primera asistente de la madre San Juan (primera superiora general) encargándose de muchas responsabilidades durante su enfermedad, particularmente en el esfuerzo de expansión del instituto. La madre Santa Cruz estaba fuertemente arraigada en el espíritu del Instituto y conocía muy bien la intención y visón apostólica de la comunidad fundadora. Con la muerte de la Madre San Juan, a nadie le sorprendió que fuera elegida segunda superiora general del Instituto.
El segundo volumen de “Un recorrido a través de la fe y del tiempo”2, escrito por la Hna. Kathleen Connell RSCM, nos ofrece un excelente cuadro histórico de los años en los que la Madre Sta. Cruz fue superiora general, desde 1869 a 1878. Fueron años de enorme expansión en el Instituto. La madre Sta. Cruz paso gran parte de su mandato fuera de Béziers. Especialmente a través de sus visitas a las “casas de misión”, tal como fueron designadas entonces, siguió de cerca la vida del Instituto y la vida de las hermanas. Desde la perspectiva de Hna. Mary Milligan RSCM3, “Querida”, “querida comunidad”, “querida superiora”, “querida hija” quizá fueron las palabras que más familiares descendieron de la pluma de la madre Sta. Cruz desde su testimonio de clima afectivo hasta el lenguaje cálido de sus letras. Esto la revela como maternal y preocupada por sus hermanas. Las aconseja sobre su salud, las felicita por su esfuerzo y exito, las anima siempre a mejorar.
La correspondencia de la madre Sta. Cruz – continua la Hna. Mary Milligan – revela que era una mujer con gran capacidad de liderazgo. Uno de los dones al Instituto fue su estilo de liderazgo cálido, afectuoso y sensible. Dirigía a las hermanas con su presencia, con sus cartas, con la claridad de sus palabras y pensamientos, aportando su gran capacidad educativa a las distintas escuelas. Por su personalidad y dones personales, la madre Sta. Cruz era una unificadora.
A través de sus cartas, todavía es posible descubrir el fuerte dinamismo de la Madre Sta. Cruz hacía por las vocaciones. Ella se relacionaba personalmente con los sacerdotes y amigos de quienes preguntaba y de quienes recibía recomendaciones. Pero no solo. Mantuvo también contacto con las jóvenes interesadas en el Instituto, destacando la manera cortes y amable en la que se dirigía a ellas. También le debemos a la madre Sta. Cruz los pasos que llevaron a la aprobación del Instituto y de nuestras Constituciones por la Santa Sede.
En la tercera década de su existencia, la Madre Sta. Cruz guio el celo misionero hacia nuevos territorios y lo hizo con claro sentido de la misión del instituto: abrazar todos los trabajos de celo y todas las clases sociales, pero especialmente a los pobres. De hecho, considero que ninguna fundación estaría completa si no incluía a los pobres. Como el Fundador, la Madre Sta. Cruz no se dejó sorprender por las dificultades, tenía un fuerte sentido de que “Todo lo bueno viene de la Cruz”. Su comprensión del papel de la Cruz en la vida del Instituto también estuvo acompañada de una fuerte devoción a la divina Providencia. Su extraordinaria confianza en la Providencia – “La Providencia es una buena madre” – escribe, es constante en sus cartas. ¡Su Fe en la acción de Dios en eventos concretos fue impresionante! Tenía mucha Fe en que el crecimiento del Instituto a partir de una pequeña semilla en Béziers, era la acción de Dios.
Cuando la madre Sta. Cruz asumió la dirección del Instituto, no había más casa que la Casa Madre en Béziers. En el momento de su muerte, en 1878, las RSCM tenían comunidades y obras en Lisburn (Irlanda), en Bootle, cerca de Liverpool (Inglaterra), en Oporto y Braga (Portugal), en Ferrybank (Irlanda) y en Sag Harbor (Nueva York). Con Gailhac, escribe la Hna. Kathleen Connell, sembró las semillas de las fundaciones y ambos cultivaron su jardín con esmero.
Para terminar, conviene recordar las palabras que el Padre Gailhac escribió con motivo de la muerte de la Madre Sta. Cruz, cuyo recuerdo eterniza:
Nuestras queridas hermanas difuntas, muertas en la tierra, pero que ahora disfrutan de la verdadera vida, deben ser un gran consuelo para nosotras. En el cielo siguen sirviéndonos como intercesoras ante Dios. Aquí abajo, el recuerdo de sus grandes ejemplos de virtud nunca se desvanecerá y será un gran estimulo para que sigamos sus pasos hasta que, un día, nos reunamos con ellas.4
1 Sampaio, Rosa do Carmo. RSCM. Un Recorrido a través de la Fe y del Tiempo. La Historia de las Religiosas del Sagrado Corazón de María, vol. 1, Fuentes de Vida, 1990.
2 Connell, Kathleen. RSCM. Un Recorrido a través de la Fe y del Tiempo. La Historia de las Religiosas del Sagrado Corazón de María, vol. 2, Fuentes de Vida, 1992.
3 Milligan, Mary. RSCM. Letters of Mother Ste. Croix Vidal RSHM 1869-1878. A Sources of Life Publication. sd.
4 Gailhac às RSCM, GS/7/X/78/B.
