Caminar juntos, abiertos al encuentro y a la acogida del Dios encarnado entre nosotros.
Fiesta de la Inmaculada Concepción
La palabra de Dios a María en el Evangelio de hoy es una palabra de valor supremo; “Alégrate, muy favorecida”. María es la amada, la favorecida de Yahve. Quizá no creemos realmente que Dios nos favorezca ¿Quizá pensamos que Dios solo amaba a María? Hoy deja que la palabra de Dios sea tuya; Alégrate, muy favorecida porque te he elegido para que seas santa y vivas en mi presencia, si ¡usted leyendo este articulo regocíjate!
Pero, ¿Por qué deberías regocijarte? Me regocijo por que Dios me ha elegido. Esta gran verdad fue expresada por San Pablo cuando escribió: Dios nos eligió en Cristo, para ser santos e inmaculados, y vivir por amor en su presencia. El nos destino en amor a ser sus hijos e hijas… Efesios 1:5. Dios te ama a ti a mí y quiere que vivamos fraternalmente como hermanos y hermanas.
Así que, queridas mías durante este tiempo de Adviento, mientras esperamos con gozosa esperanza la venida de nuestro salvador, amemos y regocijémonos. El que viene es Amor y quiere que todos nos amemos también.
Termino esta reflexión con un extracto de la oración cristiana ecuménica que Papa Francisco de Fratelli Tutti dice. “Ven Espíritu Santo, muéstranos tu belleza, reflejada en todos los pueblos de la tierra, para que descubramos de nuevo que todos son importantes y todos son necesarios, rostros diferentes de la única humanidad que tanto amo a Dios. Amen.” Esta es mi oración también para todos los hijos de Dios mientras esperamos el nacimiento de Cristo este año.
Rosemary Mwagarezano, RSHM
Directora del Noviciado
