Siempre agradecidos por los regalos de nuestros fundadores
El Don de la Misión
Paré Moreira, RSCM, Brasil
El Padre Gailhac nos escribió:
«Queridas hijas, tenéis una misión que cumplir, pero para ser fructíferas debéis arder de amor, y el celo es la llama del amor. Y para que la misión sea fructífera debes permanecer unido a Dios y permanecer en su amor. «
Querido y amado Padre Gailhac, querida y amada Madre St. Jean, hoy el Área Brasil está presente para celebrar este momento que tanto nos conmueve. Hoy estamos podados, como los sarmientos de la vid, pero creemos con confianza que estamos podados para producir más fruto, y buen fruto.
También estamos aquí para dar las gracias. Damos gracias por tu presencia viva y siempre inspiradora, dando fecundidad a la vida y misión del Instituto en suelo brasileño. Tu presencia amorosa nos impulsa a continuar con valentía, sin retroceder -como nos dice a menudo el Padre Gailhac- frente a los desafíos que son tantos en los tiempos actuales, como en los tiempos del Padre Gailhac y de M. St.
Por eso, con afecto filial, te pedimos que sigas siendo luz, guiando y bendiciendo nuestro camino, haciendo que nuestros corazones ardan de amor por la Misión que genera vida para todos. Esta misión es compartida y abrazada por tantos colaboradores generosos en nuestros ministerios, en la Familia Ampliada, en nuestras familias y amigos. Acompáñanos siempre.
Su bendición, P. Gailhac, su bendición, M. St. Jean, para todas sus hijas y para todos los que asumen la misión con nosotros, para que todos tengan Vida. ¡Amén!