Domingo de Ramos
2 de abril de 2023
Jesús, asumiendo la condición de siervo, se hizo como hombre, se humilló a sí mismo, obedeciendo al Padre hasta la muerte y muerte de cruz. Fil. 2:7-8
En este tiempo de Cuaresma, se nos invita a vivir una obediencia como la de Jesús, fiel a su Padre. El mensaje es claro: escuchar la voz de Dios y obedecerla. Este mensaje nos llegará de diferentes formas en nuestra vida. Gailhac nos lo repite en muchas de sus cartas: «hacer la voluntad de Dios amando y amar haciendo la voluntad de Dios». Incluso sitúa la obediencia como la primera de las virtudes que podemos vivir. La obediencia debe ser pronta, generosa, constante, como la de Jesucristo. (F.G,V- IIº pg:286)
Jesucristo va a Jerusalén para entregarse como ofrenda al Padre en nombre de cada uno de nosotros. Sufre por nosotros, por nuestro egoísmo, por nuestra falta de amor a los demás, por nuestra falta de perdón a los demás. En el mundo de hoy sufrimos por: las guerras, los ciclones, la injusticia, las drogas, el derramamiento de sangre inocente, y por las tentaciones y desafíos que nos rodean. Es tiempo de caminar tras las huellas de Cristo, tiempo de volver a la experiencia sinodal que nos llama a abrirnos al otro. Trabajemos por nuestra conversión con la oración, la penitencia y el ayuno, que es la característica principal de este tiempo de Cuaresma.
Como cristiano, ¿he vivido las tres recomendaciones cuaresmales: caridad, oración y ayuno?
Mirando los desafíos actuales, ¿estoy preparado para vivir la voluntad de Dios en mi vida?
«La vida de la persona obediente se desarrolla en la alegría, la paz y la serenidad» Padre Gailhac