Cuarto domingo de Cuaresma
19 de marzo de 2023
El 4º domingo de Cuaresma nos invita a reflexionar sobre el tema de la «Luz». El cristiano debe ser un modelo de luz para el mundo.
Gailhac nos dice: «…debemos ser luz. Jesús es el camino, la luz: no nos engañará, ya le hemos escuchado. Ha venido del cielo para guiarnos; es la luz que no cambia».
La primera lectura habla de la elección de David como Rey de Israel y de su unción. Es otro elemento clave sobre el que debemos reflexionar: nuestra propia unción, que tuvo lugar el día de nuestro bautismo, convirtiéndonos así en la luz de Dios en el mundo.
En la segunda lectura, Pablo sugiere a los cristianos de la comunidad de Éfeso que rechacen vivir apartados de Dios, es decir, en las tinieblas. Y que sepan elegir la luz, porque, según Pablo, vivir en la luz es practicar las obras de Dios, que son la «bondad», la «justicia» y la «verdad».
En el Evangelio, Jesús, el Hijo del Dios vivo, se presenta como la «luz del mundo», para liberar a todos los hombres de las tinieblas, del egoísmo, del orgullo y de la autosuficiencia. «Luz» y «tinieblas» son, en este pasaje, dos realidades de poder capaces de apoderarse de las personas y determinar su vida, sus opciones, sus valores y su comportamiento. El cristiano, sin embargo, es el que ha elegido «vivir en la luz». El Padre Gailhac nos dice: «Debéis ser modelos, debéis tener un comportamiento ejemplar, toda una vida de luz». Para caminar en la luz, debemos ser fieles a nosotros mismos. Si no hay luz en nuestra propia vida, no podemos estar en comunión con los demás.
Aida Fombe RSCM
Beira, Moçambique